A pesar de mi intento por estirar el tiempo, hacer mis tareas más rápido, optimizar mis horarios con aplicaciones para no procrastinar, me doy cuenta que no es posible. El tiempo dura lo que dura (sin meternos en la teoría de la relatividad) y eso ha sido muy importante este año.
Resulta que no me falta tiempo, sino que me sobran actividades. En la conversación de hoy te cuento un poco más sobre esto y te comparto un par de ideas que me andan rondando la cabeza sobre este tema, quizá alguna te sirva.