Verso biblico, devocional

Selah: Un verso para el bolsillo – Día 4

¿Has escuchado los latidos de tu corazón?

El ruido no siempre estorba, pero en ciertos momentos debemos buscar el mayor silencio posible para poder escuchar algo específico, como los latidos del corazón.

Ya sea en una cita médica o con alguien que apreciamos, para escuchar nuestro corazón hay que eliminar muchos ruidos alrededor. Escuchar el ritmo cardiaco es un paso para diagnosticar.

David, el escritor de muchos salmos, no era cardiólogo pero entendía este principio, y lo dijo en el Salmo 139

Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;
Pruébame y conoce mis pensamientos;

Salmo 139:23

Pensaba hoy sobre este verso. Cada vez que he sido examinado, el doctor o la doctora me han pedido guardar silencio, excepto cuando dicen «Diga aaaa», quizá porque en el silencio podemos escuchar pequeños detalles que nos indican algo más grande.

Para que Dios te examine, debes hacer silencio.

Quizá te encanta preguntar, como a mi, pero también es necesario hacer una pausa con la lengua y no anticiparnos a los diagnósticos, ni a las causas, ni al tratamiento. Necesitamos callarnos y que Dios haga su labor en silencio, sin interrupciones, sin suposiciones.

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