Marzo 8: Betsabé, entre el abuso de poder y el dolor

Hoy, 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer quiero hablar de una historia que está presente en la Biblia, que reúne mucho de lo que vivimos hoy: abuso de poder sobre una mujer, minimización de su realidad, y que durante décadas la hemos leído justificando al hombre, haciendo de menos su error y culpando a quien no tuvo responsabilidad.

La Biblia relata que el rey David estaba en su palacio, aunque debía estar en la guerra, y desde la terraza de su palacio vio a una mujer mientras se bañaba. Pidió que averigüen quién era, y le informaron que era una mujer casada, a lo que David hizo caso omiso. Él tenía intenciones indebidas con ella y dio la orden de que fuera traída a palacio.

Esta mujer era Betsabé, esposa de Urías. Durante décadas nos han dicho que el error fue de Betsabé por bañarse a vista de todos, lo cual no es cierto. Probablemente ella se bañaba en un río, y no olvidemos que David, desde la terraza del palacio, tenía vista plena de lo que le rodeaba. El error no era bañarse, sino que vulneren la intimidad de la mujer.

Nos han dicho que Betsabé quería ser vista por el rey para seducirlo, pero no es así. La Biblia claramente indica que ella estaba tomando un baño porque estaba terminando su ciclo menstrual.

David la miró y decidió que se acostaría con ella.

Quizá te preguntes «pero ¿por qué Betsabé no huyó, o gritó, o reclamó?». Queremos presentar a una mujer como seductora, atrevida, como si ella hubiese tomado una decisión en esto. Claramente David abusó del poder que tenía, obligándola a tener relaciones sexuales con él, lo que ahora conocemos como violación. No tenía oportunidad, porque sabía que con una sola orden, David podría destruir a toda su familia, y fue lo que hizo.

David se entera de que Betsabé espera un hijo de él y sin dudar, manda a matar a Urías, el esposo. Ese era el alcance de David para cubrir su error. Me duele escribirlo, pero es la verdad. No fue quien mató al esposo de la mujer de quien abusó, pero podemos llamarlo asesino porque fue quien dio la orden.

A pesar de todo lo que dice el texto, he escuchado sermones advirtiendo a las chicas de que no sean como Betsabé, en lugar de advertir a los hombres de que no sean como David. Además del abuso que vivió, también perdió a su esposo ¿por qué? Por el capricho de un rey que prefería esconder su pecado que enfrentarlo.

Espero el día en el que reconozcamos que quien comete el abuso decide hacerlo, sin justificaciones.

Espero el día en el que los hombres seamos responsables de lo que hacemos, y dejemos de responsabilizar a las mujeres por su vestimenta, por sus actividades. Betsabé vivió el abuso, pero no fue su culpa ser vista, mucho menos por un rey que no estaba en donde debía. Aquí ella no tiene responsabilidad, es la víctima.

Si has vivido el abuso de poder, la burla de la justicia, si pareciera que no tienes voz, quiero recordarte que la Biblia dice que Dios te hizo a su imagen y semejanza. Las mujeres no son secundarias, ni tienen por responsabilidad ser complemento de un hombre, ¡son creación de Dios y tienen propósito! No permitamos que la desigualdad reinante siga estableciendo lo que debes ser.

Entonces Natán le dijo a David:

—¡Tú eres ese hombre! El Señor, Dios de Israel, dice:
“Yo te ungí rey de Israel y te libré del poder de Saúl.
Te di la casa de tu amo, sus esposas y los reinos de Israel y Judá.
Y si eso no hubiera sido suficiente, te habría dado más, mucho más.
¿Por qué, entonces, despreciaste la palabra del Señor
e hiciste este acto tan horrible? Pues mataste a Urías el hitita
con la espada de los amonitas y le robaste a su esposa.
De ahora en adelante, tu familia vivirá por la espada
porque me has despreciado al tomar a la esposa de Urías para que sea tu mujer”

2 Samuel 12:7-10

 

 

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