Marzo 28: Negociando con el diablo

Miércoles, un día común, quizá no en la vida de Judas, uno de los discípulos de Jesús.

La alta cúpula de los maestros de la ley estaban hartos de Jesús, no consideraban que este joven de origen humilde, alejado de las escuelas teológicas estuviera enseñando, mucho menos compartiendo con los «indignos» y peor aún, que se llamara a sí mismo Hijo de Dios.

Ellos buscaban una oportunidad para atrapar a Jesús y necesitaban un aliado. Judas encontró una oportunidad para hacer dinero rápido, decidió hacer negocios con el diablo.

El diablo paga mal a sus seguidores dice la sabiduría popular.

Esto iba más allá de un momento de enojo con Jesús, era un plan macabro para avergonzarlo, humillarlo, exponerlo públicamente. Judas quizá recibió el dinero de los fariseos, pero realmente puso precio a sus principios, a su ética, a su lealtad. Sería 3 días más tarde el momento de entender que no había moneda que pudiese pagar el valor de una vida inocente.

Sin ir muy lejos, quizá seríamos Judas. Negociamos nuestra dignidad por momentos de placer que luego se convierten en dolor. A veces, vendemos nuestros más preciados tesoros, incluida nuestra relación con Dios por un par de monedas, de besos, de satisfacciones pasajeras. Judas recibió 30 monedas de plata, nosotros vendemos nuestra dignidad por mucho menos, a veces por un par de likes, por un te quiero vacío.

Hoy te animo a pensar en Judas, en el final triste de un hombre que pensó que podría tranzar con el enemigo y salir librado.  También te animo a pensar en lo que ha costado construir una relación con Dios y cuántas veces has menospreciado ese regalo tan valioso.

 

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