Lo que tus ojos no ven.

Imperfecto, equivocado, temeroso, autosuficiente, orgulloso, galán, cobarde, valiente. Miras lo que se alcanza a ver pero ¿qué es lo que tus ojos no ven?

Recuerdo una serie animada de hace años: Los Thundercats. El jefe de la pandilla se llamaba León-O y tenía una espada que al pronunciar una frase revelaba otras dimensiones, él decía Espada del augurio, muéstrame más allá de lo evidente. Esa frase y su artefacto le permitían mirar la realidad que sucedía en otro escenario. De pequeño tenía la inquietud de lo que esa espada revelaría si la tuviera en mis manos.

Lo que yo veo de mi puede ser muy alentador o muy deprimente. Lo que otros ven de mi puede ser bueno o malo, y muchas veces nuestro día a día es afectado por la percepción que tenemos de nosotros.

Te ves tan galán que piensas que lo eres. No hay chica que se resista a tus encantos, y lo único que refleja eso es que tu hambre de placer es gigante y no te importa el corazón de aquella chica que está confiando en ti.  Eres la chica más guapa de la facultad, de tu barrio, tan guapa crees ser que tienes a los chicos esperando por una oportunidad sin tener la decencia de ser honesta. Buscas aprobación a través de la gente que te rodea.

Eres tan inteligente que crees que todos son unos ignorantes y que tú eres la salvación a un mundo que te necesita. Eres tan buena hija que piensas que lo que les pasa a las tontas de tus amigas jamás te sucederá a ti.

No mires lo evidente, hay muchas cosas que tus ojos no ven. En todas tus medallas y en todos tus fracasos hay cosas que no ves.

Dios no se fija en las cualidades que la gente ve. La gente sólo presta atención al aspecto de las personas, pero el SEÑOR ve su corazón. (1ra de Samuel 16:7 PDT)

  • Pedro era un pescador, un artesano trabajador con problemas en el manejo de sus emociones. Jesús vio en él un potencial predicador, un pilar en la fundación de la iglesia cristiana.
  • Pablo era un celoso religioso, ostentoso en toda su educación. Jesús vio en él al más grande pregonero de las buenas nuevas de la historia.
  • La mujer samaritana era una mujer divorciada cinco veces. Jesús vio en ella a una mujer con quien tener una de las más importantes conversaciones en esta tierra.

Tú, tu pasado, tu presente y tu futuro, con tus errores y tus aciertos te han hecho quien eres ahora, pero recuerda que[bctt tweet=»Jesús ve algo más en ti, lo que tus ojos no ven, lo que se ve con los ojos de la fe»]

 

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