Tenía 9 años cuando pregunté por primera vez si podía tener novia. Lo se, podrá ser gracioso para ustedes, pero para mi era un asunto serio, por eso pregunté. Mi mamá me preguntó «y para qué quieres una novia». No tenía una respuesta, sólo quería crecer.
Le conté que ya quería cumplir doce años para poder ver las películas de acción. Luego quise tener quince, después pensaba «¡ya quiero tener dieciocho! A esa edad ya podré tener novia, o hacerme un tatuaje y un piercing» Después cambié las edades por pensamientos como «cuando ya sea adulto, cuando sea grande sucederá tal cosa, lograré esto y aquello».
Estoy a unos meses de cumplir 28 años y aún no me lo creo. Miro en el espejo a alguien que esperaba con nervios un mensaje de texto hace tantos años, al que sufría en las entregas de calificaciones, que no tenía tantas responsabilidades. ¿En qué momento se fueron todos estos años? Que rápido pasa el tiempo.
[bctt tweet=»Lo recuerdo claramente, mi mamá me dijo que si algo sabía de la vida es que pasa muy rápido.»]
Empezamos este 2016 con este segundo post del año, el cual sería otro, pero la verdad es que a veces me pasa que estoy frente al computador con un título listo para ser explicado, pero se que debo hablar de otra cosa, este es el caso. No hay mucho que explicar, solo quiero decirte que el tiempo es una de las cosas más valiosas que Dios nos ha dado. De hecho nos colocó en una dimensión espacio – tiempo y todo lo que hacemos y no hacemos queda grabado en la historia.
A veces queremos hacer trabajar al tiempo en función de nuestros objetivos, incluso yo que ya estoy esperando mi graduación, pero se que Dios no me dio un año nuevo para sentarme a esperar a que llegue diciembre de nuevo. Wow, tengo tantos días para salir, para ir a hablar con alguien, para viajar, para demostrar a quienes quiero que me importan, para arriesgarme, también para descansar, leer, estudiar, dormir, postear en el blog. No puedo entender qué gran regalo es el tiempo.
Los casados celebran años de casados ¿por qué? Porque el tiempo es importante. Los enamorados cuentan los meses que están juntos, incluso tú debes tener una fecha que recuerdas porque recibiste un mensaje por primera vez, una celebración, un momento crucial. Recordamos los días que nos tomó recuperarnos de un golpe físico o emocional. Recordamos los años que fueron buenos y los que no. Si medimos todo en tiempo es porque es una de las cosas más valiosas que tenemos con nosotros.
[bctt tweet=»Siempre digo que la vida está hecha de dos cosas: de tiempo y de decisiones. «]
Y yo quiero animarte a que aproveches este año, no a que te llenes de actividades a lo loco y te satures, no, para nada, sino a que esa llamada que debes hacer, la hagas; ese viaje, esa caminata. ¿Necesitas dedicarle tiempo a alguien? ¡Hazlo!. Dale tiempo a tus proyectos, a tus metas, a tu familia, date tiempo para ti. ¿Necesitas tiempo con Dios? Tómate unas horas, unos minutos y disfrútalos! De seguro él también está esperando (aunque él no mide el tiempo como nosotros) para poder compartir contigo.
Quizá no tienes dinero, pero el tiempo bien utilizado puede generar recursos económicos. Quizá has perdido amigos, el tiempo aprovechado con ellos puede recuperarlos. Probablemente no sabes a donde vas, tómate un tiempo para ti, para pensar. No son las cosas que tenemos las que determinan nuestra vida, sino la voluntad de Dios, su plan para nosotros. Como dijo mi amiga Lore Delgado
[bctt tweet=»-No te afanes en creer que estás de apuro, pero tampoco pienses que la vida es hakuna matata- @LoreeDelgado»]
¿Por qué este post? Porque lo estoy viviendo, y porque recuerdo claramente lo que dijo David, el rey, un día:
[bctt tweet=»Haznos entender que la vida es corta, para así vivirla con sabiduría. (Salmo 90:12 Versión PDT)»]