Si vas a un hospital, a una entidad pública, a un centro educativo, a una oficina encontrarás ese pequeño espacio con sillas y revistas llamado «Sala de espera». A muchos les desespera sentarse y esperar con gente desconocida a su lado, a otros nos permite terminar de leer algún libro o jugar en el celu un rato.
Pocos disfrutan una sala de espera. Siempre queremos llegar a la ventanilla directamente, sin filas ni demoras. Pero la sala de espera sirve también para revisar que tengamos todos los documentos necesarios para la gestión a realizar. Porque debo decir que me divierte un poco ver a la gente llegar apurada, sentarse molesta, esperar su turno, llegar a la ventanilla y escuchar «Señora le falta este papel/le falta un sello/no está firmado por tal» Tuvieron tiempo para corroborar todos los datos pero como decimos por mi tierra: nanai. Y en muchas ocasiones es por una razón, por apurados.
Así que cuando Pablo le dice a Timoteo:
Haz todo lo posible por ganarte la aprobación de Dios. Así, Dios te aprobará como un trabajador que no tiene de qué avergonzarse, y que enseña correctamente el mensaje verdadero.
2da de Timoteo 2:15
me puse a pensar que debo aprovechar mi tiempo en la sala de espera, cuando llegue a la ventanilla quiero que quién la atiende diga «Vamos bien Jimmy, vamos bien»