La familia que me tocó…

Gran parte de la historia de mi vida tiene que ver con las cosas que pasaron en mi familia.

Por varias ocasiones hemos soportado pruebas y momentos muy duros en los que fue necesario probar nuestra fe personal y conjunta. En esos puntos en los que algunas cosas salían mal, sin darme cuenta comparaba mi vida con la de otros, confrontando la familia que me tocó con la “hermosa vida” que los demás tenían.Siempre le preguntaba a Dios “por que ellos si y nosotros no” y en muchos momentos tuve que resignarme a vivir lo que nos tocaba y seguir con una sonrisa pintada.

Cuando te dicen que a lo largo de tu vida es que empiezas a entender los planes de Dios piensas que es solo una frase cliché para calmarte… pero hoy entiendo.

Al igual que muchos jóvenes de mi edad, no viví con mi mamá por un largo tiempo, fui parte de las cifras de la migración, y aunque me dolía profundamente no tenerla a mi lado, comprendí que cada una de sus acciones eran solo muestra de valentía y amor incalculable por su familia. Hoy he aprendido que cada segundo con ella es valioso y único. Por ella aprendí paciencia.

En esos esos años vi a mi papá convertirse en héroe, el pudo haber dado su vida entera por su casa sin dudarlo un segundo. Aprendí sobre el sacrificio.

Tuve a mis hermanas como mis pilares fuertes, y estoy segura que la mujer que soy hoy tiene mucho que ver con sus consejos y sacrificios. Aprendí sobre el amor incondicional.

No, no hay familia perfecta pues he conocido a unas que solo están conformadas por abuelos protectores, otras que tienen una mamá todo terreno o un papá que se las arregla solo. Conozco familias que se forman de completos extraños, pero a la final cada una tiene su historia de aventuras y victorias.

Espero que, al igual que yo, hoy entiendas que no eres menos perfecto/a solo por que vienes de un lugar un tanto distinto a los demás.

Espero que entiendas que cada vivencia en tu hogar te permite ser quien eres y saber lo que quieres, y que puedas darle gracias a Dios por eso.

La familia que me tocó, es la que Dios escogió perfectamente para mi, y es un perfecto regalo, sin saberlo ellos han dejado grandes historias, las cuales estoy segura de que los que vendrán amarán profundamente.

Mi familia es ahora mi lugar seguro y estoy muy orgullosa del lugar del que vengo.

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