He estado pensado mucho en las cosas que pude haber hecho, en las que desearía no haber hecho, en las cosas que hubieran pasado si…, y en las cosas que hubieran pasado si no…
Por ocasiones me encuentro a mi misma pensando demasiado,
analizándolo todo e imaginando cada aspecto de mi vida, de las personas, de las actitudes, de las cosas, de la vida. Es como si me decidiera a escribir un guión de las cosas perfectas que deberían pasar o lo que debería decir, de cómo quisiera que cada cosa se solucionara. Puedo decir que a veces disfruto mucho esos guiones inventados, a veces mucho más que la realidad.
Se que alguna vez te has sentido igual, has pasado horas pensando el lo que deberías haber dicho, teniendo enfrentamientos imaginarios y resultando ganador, pensando en lo que harías si esa persona te enfrentaría, o si esa otra te dijera que también te quiere. Hemos pasado demasiadas horas imaginando las cosas en lugar de vivir las que tenemos.
Claro que creo que todo lo que digas y hagas debe ser sensato y tener propósito, pero no creo que debas pasar horas viviendo una ansiedad de una vida que no tienes, no creo que puedas decir que entiendes lo que vives si siempre imaginas tener algo más.
Descubrí que los momento en los que más sobre analizo cosas es cuando siento que lo que viene luego me asusta, que el futuro no está seguro y que algo malo puede resultar de todo. Pero también descubrí una manera de calmar esta mente y corazón, agobiados por controlarlo todo.
1.- Respira
2.- Puedes controlar tus decisiones pero no controlar sus consecuencias. Antes de hacer o decir algo ¿estás dispuesto a lidiar con lo que viene?
3.- No, jamás podrás controlar lo que hagan o digan otros.
4.- (LA MÁS IMPORTANTE) tienes un buen futuro en Dios, el ya lo pensó mucho y lo pensó antes que tu lo hagas, El ya lo solucionó.
Comprender que Dios conoce mis preocupaciones, sabe como calmarlas y que las soluciona, ha sido para mi la mejor manera de caminar segura y tranquila.
Comprendo que mi futuro es futuro, si voy con EL
Jeremías 29:11