Hola soy Jimmy, tengo 26 años (Actualización 2015: ahora ya tengo 27) y me gustan las películas para niños (en el 2015 me siguen gustando las películas de niños). Todos digan: Awww que tierno. Plop con ternura.
Vi la nueva película Frozen, y aunque la vi completamente en inglés que es mi idioma natal, no entendí nada (nothing para los que no saben). Pero hubo una cosa que sí entendí y que se entiende en todas las películas de niños: la cancioncita tierna y pegajosa que dice así:
Let it go, let it go, lalala lala la la.
Let it go, let it go, lala laaa la la lá.
Fue hermoso.
Lo primero que recordé cuando escuché el «Let it go, let it go» fue un pasaje bíblico que nos recuerda que hay tiempos en la vida. A veces queremos aferrarnos a las cosas y no dejarlas ir.
Está bien sentir dolor porque tu relación sentimental terminó, porque estás enojado con alguien, o porque todo se derrumba. Lo que no está bien es estancarte. Después del dolor viene la restauración, después de llorar vienen las sonrisas. Let it go se traduce como Déjalo ir. Eclesiastés 3 habla de eso:
- Un tiempo para matar y un tiempo para sanar.
- Un tiempo para derribar y un tiempo para construir.
- Un tiempo para llorar y un tiempo para reír.
- Un tiempo para esparcir piedras y un tiempo para juntar piedras.
- Un tiempo para abrazarse y un tiempo para apartarse.
- Un tiempo para buscar y un tiempo para dejar de buscar.
- Un tiempo para guardar y un tiempo para botar.
Si ya viviste tu tiempo de llorar, ahora let it go y empieza tu tiempo de sonreír. Dios tiene tus tiempos en Su tiempo.