Recuerdo mucho a mis amigas que se pasan diciendo «Dios me va a dar un hombre maravilloso, como Dante Gebel» otras dicen «Yo se que Dios me tiene preparado un hombre tan increíble como Jimmy Sarango (lo siento chicas, I’m not available)» y cuando les digo «pero Pepe está muy interesado en ti, es cristiano, y es muy buena onda» ellas aducen «ehhhh, si pero no se, es guapo pero yo quiero alguien que hable en lenguas» (?)
Para los chicos y chicas que están esperando «el tiempo de Dios» les recuerdo que para él un día es como mil años, así que espero que tengan la paciencia necesaria para esperar a la manera celestial. Ahora si, viene el machetazo para todos los que usan ese pretexto.
Si bien es cierto, Dios hizo todo para un tiempo, para una etapa de tu vida, pero también te dio la capacidad de orar y elegir. A todas las chicas que quieren un hombre como esos predicadores famosos debo recordarles que cuando sus esposas se fijaron en ellos, ¡aún no eran famosos! Un gran hombre no tiene detrás a una gran mujer, la tiene a su lado. Dios te dio la capacidad (de nuevo) de proyectar y elegir.
Date la oportunidad de conocer a esa persona interesante que te llama la atención, hazlo con cautela, procurando no dar señales equivocadas ni viviendo una amistad que parece más un noviazgo. Conoce a esa persona, y si en esa espera te das cuenta que es alguien con quien realmente compartirías tu vida hasta el último día, empieza a orar para tener claridad y saber si ese es el camino a seguir. Y si esa persona se echa para atrás o decide no caminar contigo, confía en que Dios está contigo, cuando decides bien y cuando te equivocas también. Escribe Salmos 32:8 en tu corazón:
Yo te voy a instruir; te voy a enseñar cómo debes portarte. Voy a darte buenos consejos y a cuidar siempre de ti.
El tiempo de Dios no funciona con calendario o reloj, sino con corazones dispuestos a caminar aún sin conocer el camino. Recuerda que en ese caminar él promete cuidar siempre de ti.