Así es pueblo digital, si no «sienten» amor no se asusten, porque el amor es acción, no emoción.
Partamos del ejemplo más claro: nuestros padres. ¿Crees que papá se siente motivado a comprar tu lista de útiles después de tus berrinches y caprichos? Probablemente no se siente motivado (sentir=emoción) pero lo hace porque te ama.
¿Una acción demuestra amor aunque no haya una emoción de por medio? Sí, es posible, y también hay que decir que no hay ausencia de emociones, no somos tan polarizados. Vivimos en una sociedad que ahora nos motiva a lo sensorial. Gafas 3D, realidad aumentada, teléfonos con pantallas que reconocen nuestros pulgares, tratamientos de cabello para sentirlo más liso y sedoso, quieren vendernos todo por la emoción, pero es un peligro vivir de esta manera, porque cuando las emociones dictan nuestra vida, caminamos en la cuerda floja.
Debo confesarlo, me gusta dormir. Hay días que no siento ganas de ir a ningún lado. Mis deseos son quedarme entre cobijas, abrigado, disfrutando de la mañana, pero si mis emociones dictaran mi día a día estaría en problemas. Mis decisiones deben basarse en convicciones y motivaciones claras, no en emociones.
Las parejas de novios y esposos se aterran cuando «ya no sienten lo mismo». En una ocasión aconsejé a alguien y le dije «Mejor que ya no sientas lo mismo, porque cuando las mariposas dejan de volar es el momento preciso para amar». ¿Amar? «Pero si no siento no amo». Error. Hay sentimientos y emociones vinculadas a cada convicción, pero el amor va más allá, es una acción y una decisión.
La Biblia mismo lo presenta. El versículo más repetido para obtener premios en las iglesias, Juan 3:16, indica algo clave
Porque de tal manera amó Dios al mundo que dio a su único hijo…»
La decisión de amar nos lleva a la decisión de actuar. De lo contrario sería
Porque de tal manera amó Dios al mundo que sintió mucho amor por el mundo…»
Porque de tal manera amó Dios al mundo que pensó muchísimo en el mundo…»
Porque de tal manera amó Dios al mundo que amó al mundo…» Plop.
Cuando tu decides amar, das un paso, es un acto que lo demuestra. A veces no sentirás hacerlo, a veces las emociones te dirán que hagas lo contrario, pero recuerda que el amor es una acción, no una emoción.