Tengo un dormitorio y no siempre está en orden. Plop.
Desde niño he tenido una discusión con mi mamá en la que lucho en desventaja, ella quiere que mi dormitorio esté en orden y yo también, pero no quiero ordenarlo porque debo colocar cada cosa en su lugar, deshacerme de lo que no necesito u ocupa espacio sin razón alguna. Debo buscar un trapo y limpiar todo, pero mi mayor temor es que no se qué podría encontrar allí.
Este año mi preocupación no es con mi dormitorio sino con mi vida. Debo confesarles que tengo un poco de temor de poner en orden todo antes del 2013. Quizá les ha pasado que tienen asuntos pendientes, cosas que olvidaron o como me dijo mi amiga Pau, al revisar tu vida «encuentras cosas que no deberían estar olvidadas». Así que tengo un poco de nervios.
Tengo temor de hacer mi revisión anual porque me olvidé de cosas importantes, varias metas están a medias, pero sobretodo por los asuntos sin resolver. Como dicen por ahí «Donde hay un punto final no aumentes los puntos suspensivos». Hay cosas que debo terminar o determinar pronto si no quiero que eso afecte el año que está por empezar.
Miren esta joya que escribió Salomón:
Lo que sí he llegado a entender es que Dios nos hizo perfectos, pero nosotros lo enredamos todo.
Salomón en Eclesiastés 7:29
Cuando le dije a mi amiga Pau que tengo mucho por acomodar su respuesta no pudo ser más objetiva: Hazlo rápido antes de que sea mas grande el desorden.
Así que, hora de empezar.