No se como empezar este post. He intentado ya tres párrafos introductorios y no logro decir lo que siento, así que prefiero ser honesto con ustedes: no logro empezar este post, el corazón dicta más rápido las palabras de lo que mis manos pueden escribir.
Hace unos días hablé con mi amigo y pastor Cristian Canelos sobre los mensajes de Dios a las siete iglesias que se encuentra en Apocalipsis. Fui confrontado porque varios de los mensajes son muy duros y… ¡son para iglesias!, no para personas que no son creyentes (llámense no cristianos, seculares, ateos, paganos, como les digas).
En esta ocasión no seré crítico con las iglesias sino conmigo mismo, pues cuando leí los mensajes me hablaron personalmente. Imagínate que Dios te envía un mensaje a tu whatsapp y dice lo siguiente:
Yo sé todo lo que haces y que tienes la fama de estar vivo, pero estás muerto. ¡Despierta! Fortalece lo poco que te queda, porque hasta lo que queda está a punto de morir. Veo que tus acciones no cumplen con los requisitos de mi Dios.
Tú dices: “Soy rico, tengo todo lo que quiero, ¡no necesito nada!”. Y no te das cuenta de que eres un infeliz y un miserable; eres pobre, ciego y estás desnudo.
¡Ouch! Son dos mensajes a dos iglesias diferentes, pero me confrontaron y de una manera muy dolorosa. Muchas veces creemos estar más vivos y frescos que la lechuga y resulta que estamos muertos, que nuestra vida no va a ningún lado, que creemos tener y carecemos de lo que realmente importa.
Pero hay un mensaje más que me duele en el alma.
Juan le dice a una iglesia que Jesús está afuera… ¡afuera! ¡Cómo es posible que la iglesia haya dejado a Jesús afuera! Me pasa y me duele reconocerlo. Muchas veces en el ruido y las ocupaciones resulta que «haciendo ministerio» o «la voluntad de Dios» dejo a Jesús afuera de mi vida, y esto es lo que Jesús le dice a esta iglesia
¡Mira! Yo estoy a la puerta y llamo. Si oyes mi voz y abres la puerta, yo entraré y cenaremos juntos
Hemos utilizado ese verso de Apocalipsis 3:20 para decir a la gente que Jesús está en las puertas de su corazón esperando a entrar, ¡y no es así! Ese mensaje es para los cristianos, para las iglesias, para mi, porque ocupados en nuestras vidas cristianas hemos dejado a Jesús afuera, no está en nuestros planes ni actividades, ni siquiera está en la casa que le hemos construido. Que dolor :(
Pero a pesar de todas nuestras estupideces, de creer que no lo necesitamos para construir SU reino aquí, él dice que está afuera esperando a que alguien le abra la puerta y le de su lugar. No es que es caballero como solemos decir, es que tristemente somos así, le negamos cuando creemos que está con nosotros sin mirar alrededor y él espera que alguien escuche su voz, es que a veces hacemos mucho ruido con nuestros éxitos y ministerios, tanto ruido que ni siquiera oímos su voz.
Jesús quiere su lugar de vuelta, que mi vida le abra las puertas y ocupar el lugar que es de él, aquel lugar del que presumo en conferencias, prédicas y canciones. Él está en la puerta, cuando debería ser el centro de atención de toda mi vida.