(hoy hablaré como escritor de la Biblia)
Amados lectores del blog,
Os saludo por las misericordias de la escritura bloguera sabiendo que vosotros vivís preocupados porque a veces Dios se equivoca. ¿Será cierta esa cuasi afirmación?
Se que habéis soñado con metas alcanzadas, logros y éxitos y al mirar a su alrededor tan sólo ven… ¡nada! Y cuando no veis nada, lo que miráis es problemas, austeridad, desierto, os entiendo perfectamente. Parecería que Dios se ha equivocado de lugar con vosotros (léaze vozotros).
Mirad a José, un muchacho con potencial para dirigir gente, administrar recursos, allí en la fosa a la que sus hermanos lo han arrojado. Miradlo años después en aquella celda de prisión en la cual injustamente lo han encerrado… ¡Dios lo ha colocado en el lugar equivocado!
Mirad a Moisés, aquel hombre criado con la realeza egipcia, ahora en el campo cuidando ovejas. ¿Dónde han quedado sus prendas elegantes, su protocolo y su educación privilegiada? Dudo mucho que las ovejas entiendan su vocabulario enriquecido por años de estudio.
Miraos a vosotros mismos, tantos sueños, metas y expectativas. Ahora miráis alrededor y encontráis cuadernos, lápices, biberones, asuntos pendientes, cuentas de banco más vacías que mis bolsillos. Parecería que Dios te colocó en el lugar equivocado.
Pensáis: «Mi lugar es en los escenarios/ en aviones / en un emprendimiento exitoso / en la mejor universidad» y os frustráis. ¿Qué pasó con lo que Dios prometió?
Amados desconocidos, a veces Dios nos coloca en lugares que consideramos equivocados para aprender lo que no sabemos o nos negamos a vivir. Recuerdo aquel trabajo de varias horas y poco sueldo, pensaba que Dios se equivocó conmigo. Después de varios meses había aprendido a administrar mejor mi dinero, a entender que hay personas que viven con mucho menos y su felicidad no estaba basada en lo que tenían, sino en quienes eran.
Sí, a veces Dios se equivoca al colocarte en un lugar, para que te des cuenta que el equivocado eres tú.