Sansón era muy fuerte, así así así
Muy fuerte y muy valiente, así así así
Cuando los filisteos venían atacar
y pum y pum y tas tas tas!
Sansón los derrotó
(pero con Dalila le faltaron las fuerzas #epicfail #plop)
Lo se, eres una persona muy inteligente y crees tener las cosas en control. Crees que todo saldrá como lo planeas, que nada se saldrá de tus manos, que tienes clara la situación.
Todos te dicen que esa persona se está ilusionando de ti y tú piensas que no pasa nada, que solo son amigos, que nada sucederá. Crees tener todo bajo control.
Tu familia te extraña en casa, no pasas tiempo con ellos, y tú dices que no es cierto, que todo va bien, que con un par de pizzas y sábados familiares todo se arreglará. Crees tener todo bajo control.
Esa deuda sigue aumentando y no piensas pagarla, hay un negocio que crees que resultará y te harás millonario, todo saldrá como esperas, nada podría salir mal. Crees tener todo bajo control.
Sansón era un tipo que pensaba que tenía bajo control las cosas. Tenía un pacto especial con Dios: mientras no corte su cabello tendría una fuerza descomunal y con esa fuerza derrotaría a los enemigos de su pueblo. Había una mujer que lo pretendía, Dalila, y ella era del pueblo enemigo, así que le fue encargado averiguar el misterio de la fuerza sansónica. Él mintió en varias ocasiones, impidiendo que los enemigos lo dominen, hasta que hubo un momento que cedió y le contó a Dalila el secreto de su fuerza.
Saldré como las otras veces y escaparé
Ese fue el pensamiento de Sansón. Creyó tener el control de la situación. Lo que continúa es triste.
Sus enemigos lo capturaron, torturaron y sometieron a trabajos forzosos. Debo decir la verdad, a Sansón le sacaron los ojos. Era expuesto públicamente a la burla y a la vergüenza. ¿Qué habría pasado si Sansón reconocía que las cosas no estaban en su control, que no era tan fuerte ni tan inteligente para manejar todo lo que sucedía? ¿Que sucedería si nosotros reconocemos que no tenemos el control de todo lo que sucede en nuestras vidas?
Y lo sé, hay muchas lecciones, pero hoy quería hablarte de ese error que cometemos frecuentemente. No tenemos el control de las cosas. ¿Qué podemos hacer? David lo dijo:
Fíate de Jehová de todo tu corazón,
Y no te apoyes en tu propia prudencia.
Reconócelo en todos tus caminos,
Y él enderezará tus veredas.
No seas sabio en tu propia opinión;
Teme a Jehová, y apártate del mal;
Porque será medicina a tu cuerpo,
Y refrigerio para tus huesos.