En pleno siglo XXI la iglesia cristiana no ha perdido su sintonía con la innovación, y hemos empezado a formar/preparar/cocinar cristianos precocidos, agregue agua y están listos para servir. Plop.
En una breve estadía en otro país, hace unos años, descubrí que la comida no se prepara sola, así que en mi primera visita al supermercado, como buen ecuatoriano, busqué el producto base de nuestra alimentación diaria: el arroz. Habían varios tipos de arroz, pero los clasifico en dos tipos: el normal y el precocido. Las diferencias eran que el arroz normal debe ser preparado con un proceso y el precocido sólo debía ser vertido en una olla con agua durante 10 minutos y estaría listo. Adivinen cuál compré.
Llegué a casa con mi cajita de «Arroz precocido 10 minutos y listo» y lo coloqué en la olla durante el tiempo requerido. Cuando se supone que estuvo listo lo saqué de la olla y lo probé, estaba feo, un poco duro, y tenía un sabor a precocido que hasta ahora lo reconozco. Lo puse a cocinar más tiempo pero nada sucedió, el arroz precocido nunca será igual al arroz cocinado normalmente.
Resulta que ahora nos hemos especializado en «cocinar» cristianos precocidos. Les decimos que son pecadores, que Jesús les ama, que necesitan hacer una oración y listo son salvos y se irán al cielo, les recomendamos un par de libros, un par de artistas cristianos y están listos para ser cristianos en un mundo que busca devorarlos. ¡Ser cristiano es más que eso!
Queremos que nuestra gente asimile el evangelio como una esponja absorbe el agua en cuestión de segundos, creemos que el avivamiento es saltar y llorar en la iglesia, pero realmente el cristianismo se vive afuera. Nos olvidamos que Jesús dedicó tres años de su vida a discipular a las mismas 12 personas… ¡Tres años! ¡Ja! Y aún así dos de ellos le traicionaron y los otros diez huyeron al primer disparo, ¡que irónico! Y nosotros queremos que en un par de semanas nuestros «cristianos» ya sean santos, dejen su vida de pecado totalmente y empiecen a volar cuando escuchan las canciones lentas de la iglesia.
Dejemos de ser vagos, como yo con el arroz. El cristianismo nunca será un camino de «agregue agua, mezcle y está listo para servir» es un reto, un desafío, ¡es algo para valientes! Y si tú no estás dispuesto a pasar por el proceso de Dios, ni estás dispuesto a discipular a otros al modelo de Dios, estás perdiendo tu tiempo, el cristianismo no es para ti.
- El reino de Dios avanza a pesar de sus enemigos. Sólo la gente valiente y decidida logra formar parte de él
- El reino del cielo ha venido avanzando con fuerza, y gente violenta lo está atacando
- El reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.
El mismo versículo, diferentes palabras, el mismo mensaje: Este camino es de valientes.