Queridos educandos, hoy les traigo sabiduría y conocimiento para sus mentes ávidas de aprender. Que fofo se lee eso, pero es cierto :D.
Viví la dolarización en Ecuador en el año 2000. Nuestros queridos sucres ya no serían nuestra moneda y tuvimos que adoptar una nueva, de billetes verdes y con palabras en inglés. No tenían números como los nuestros (5000, 10000) sino 1, 5, 10, 20. Nos daban tablas de conversión y los más jóvenes explicábamos a nuestros papás cómo nuestro dinero perdería su valor y debíamos adoptar una moneda extranjera.
Estos billetes nuevos eran desconocidos para nosotros y existían muchos afiches de «Cómo distinguir un billete falso». Me aprendí todas las características de los billetes originales y falsos: cintas de seguridad, marca de agua, cambios cromáticos. Aún así cuando me daban un billete original no sabía si se trataba de uno de los buenos o de los otros.
Varios años después le vi a una señora ciega en la calle recibir un billete. Ella no podía ver nada de las cosas que decían los afiches que yo aprendí hace años y me llamó mucho la atención. ¿Cómo distinguía ella, una mujer ciega, un billete original de un falso? Me quedé con la inquietud
Después alguien me explicó cómo es que ella sabía distinguir los billetes: había tenido en su mano el billete original tantos años como para distinguirlo tan sólo por tacto, por el sonido del papel. Ella no se aprendió la lista de precaución, ella sabía cómo sonaba, olía y se sentía el original que cuando recibía otro, sólo con sus dedos ya sabía que no era verdadero.
Y pues sí, así debería ser nuestra fe. A veces yo me paso leyendo artículos sobre las falsas doctrinas, sobre los falsos profetas y pastores, sobre los engaños del siglo 21 a través de las organizaciones religiosas, pero luego encuentro personas que disfrutan más de su relación con Dios porque se dedican a pasar tiempo con él, a conocerle. Cuando escuchan algo incorrecto saben que no está bien, no por una lista de objeciones, sino que conocen tan bien a su Dios que saben lo que viene de él y lo que no.
[bctt tweet=»Hay personas que conocen tan bien a su Dios que saben lo que viene de él y lo que no.»]
Vive una fe verdadera compartiendo con el autor de la fe. No aceptes imitaciones.