Ninguno.
A decir verdad, la iglesia tradicional y protestante han tenido este enfrentamiento por siglos. Entre la veneración a la virgen María; la persignación; misa o culto; pastor o cura; confesarse o no; orar o rezar y otros puntos, nos hemos separado aduciendo tener la verdad.
En una ocasión un amigo me dijo que la entrada al cielo sería únicamente para los creyentes de la religión verdadera. Resulta que la religión verdadera era la suya y yo me encontraba excluído de ella. Para otros es más fácil, ellos no creen en nada e irán al cielo de los incrédulos.
Me preguntaron cuál es la religión verdadera y mi respuesta fue: Ninguna. Ni católicos, evangélicos, testigos de Jehová, mormones y demás entraremos al cielo por nuestra religión. El camino a Dios es uno solo: Jesucristo. ¿Por qué?
Dios amó tanto a la gente de este mundo, que me entregó a mí, que soy su único Hijo, para que todo el que crea en mí no muera, sino que tenga vida eterna
-Jesús
Para llegar a Dios sólo podemos hacerlo a través de su hijo Jesús. Ir a la iglesia no nos salva, tampoco confesarnos, hacer la primera comunión, ni la confirmación, ni cien cursos de liderazgo, ni la teología, la única manera de llegar a Dios es a través de su hijo. No lo digo yo, lo dice la biblia.
Entre cristianos y católicos tenemos el dilema de si la virgen María puede dar salvación, y con respeto debo decir: No, no da salvación. Y no es porque yo lo diga, es porque la biblia dice, o en este caso no lo dice. No hay un solo versículo que mencione que ella murió por mi, ni que resucitó al tercer día, tampoco que ella sea la persona que perdona mis pecados.
Detrás de todas las interrogantes que diferencian las dos creencias hay una cosa: ¿Qué dice la Biblia? Si la palabra de Dios no menciona lo que profesas, entonces algo no está bien, y eso es pura tradición, y la tradición no salva tampoco.
Existen demasiados evangélicos irresponsables, que viven la vida como si tuvieran un ticket comprado para el cielo. No se trata de pensar si la salvación se pierde o no, sino de ser responsables con ella. Si vives una vida de desorden, no esperes llegar al cielo y tener un pase VIP sólo porque un día «aceptaste a Jesús en tu corazón». El cristianismo es un reto más desafiante que sólo decir una frase u oración.
La verdad podemos seguirla, vivirla, aplicarla, pero no jactarnos de tenerla.
No tenemos la verdad los evangélicos ni los católicos. Ninguno tiene una puerta especial en el cielo. Hay una sola manera de llegar a Dios y Jesús la dijo:
Yo soy el camino, la verdad y la vida. Sin mí, nadie puede llegar a Dios el Padre
Sin Jesús no hay vida eterna. ¿Más claro que eso? Imposible.