Es impresionante que quienes «menos tienen» son los que dan con mucha más generosidad. Digo que son los que menos tienen entre comillas porque la riqueza no se mide por lo que tenemos sino por lo que compartimos con otros.
Llegan las épocas navideñas y todos empezamos a revisar los estados de cuenta, nuestros saldos bancarios y disponibilidad de efectivo para proyectar la cantidad de regalos que podemos comprar y así ganarnos el cariño y favor de los que queremos, o a veces de un jefe que todo el año ha sido malvado contigo. Hay gente tan pobre que lo único que tiene es dinero.
Si lo único que tienes para dar son cosas que compras, quiere decir que no has mirado dentro de ti.
La generosidad no se trata de saldos ni posesiones, es el amor que se manifiesta a través del deseo de compartir. Muchas veces creemos que hay que comprar para dar, sin darnos cuenta que lo que tenemos para entregar es mucho más valioso. ¿No me crees? Aquí te comparto 2o cosas que ya tienes para dar:
- Tu tiempo.
- Un abrazo.
- Una caminata sin prisa.
- Un beso.
- Una carta de papel escrita a mano.
- Dedicar una canción.
- Una llamada telefónica.
- Una notita de papel.
- Tomar la mano de esa persona especial.
- Un atardecer juntos.
- Una muñeca de trapo.
- Un avioncito de papel.
- Un barquito de papel.
- Un caballito hecho con un palo de escoba.
- Llevar a tus hijos en tus brazos, o en tu espalda.
- Una sonrisa cómplice.
- Una tarde de amigos.
- Escuchar con atención y sin interrupciones a alguien.
- Una sonrisa (siempre es un regalo que puede alegrarte el día).
- Un mensaje sincero por whatsapp, facebook, mail, al oído.
Un día te darás cuenta que lo mejor que te han dado es lo que puedes llevar contigo siempre: momentos alegres, recuerdos inolvidables, un consejo que te cambió la vida. Cada uno da lo que tiene.