Todos queremos conocer alguien en la vida que nos permita conocerla tal cual es y descifrar qué es lo que hace que sonría, que sus ojos brillen. Todos queremos conocer a alguien, pero ¿tú quieres dejarte conocer?
Hoy me hicieron dar cuenta que una de las cosas más importantes de la vida no es solo conocer a alguien, sino dejarte conocer (Gracias Dani por esa conversación, corta pero precisa). Es más fácil abrir las puertas del corazón de otra persona que entregar la llave del nuestro y permitir que entre y vea lo que hay. ¡Que miedo nos da ser conocidos! Mostrarnos tal como somos es un paso en falso para algunos. Dejarte conocer es ser vulnerable, es ser frágil, es exponerte a ser amado o lastimado, y me he preguntado muchas veces ¿vale la pena el riesgo? De seguro lo vale.
En la vida puedes conocer a muchas personas, pero es tesoro de muy pocas saber quién eres y tus detalles. Esa mueca que haces en determinadas situaciones, o la mirada de frustración que cualquiera confundiría con cansancio. Ese cambio de respiración que demuestra tu enojo o lo que dicen tus silencios. (Por favor, no crean que me estoy arjoneando, sino que se que el silencio habla, expresa, manifiesta).
Pensaba ser un tipo bastante sencillo de entender, lo cual no es cierto, mis amigos y mi familia pueden dar fe de eso. No me gusta estar con grupos grandes de personas que no conozco o que no son cercanas a mi. No disfruto de todas las fiestas y hay personas con las que no me gusta compartir, así como hay lugares que prefiero evitar. También se me van las lágrimas con una buena película y no hago anotaciones en mis libros, con las justas subrayo mi Biblia. Voy al cine solo y me invito a comer de vez en cuando. Cada cierto tiempo me siento en una calle a mirar cómo la gente camina apresurada. Ustedes ahora saben eso pero lo que yo espero es compartir con alguien que conozca mis porqué.
Alguien que comprenda porqué disfruto tanto ciertas canciones y porqué uso boina desde hace tres años. Porqué organizo las monedas por tamaño en mi bolsillo aunque nadie lo vea. Alguien que conozca mi alegría o tristeza después de una gran presentación e incluso la indiferencia que muestro frente a cosas que me duelen en la vida.
Alguien que conozca el porqué de mi forma de vestir, de peinarme, de ver la vida. Alguien que conozca porqué abracé la fe que ahora defiendo tanto; que conozca la impotencia que siento al no poder cambiar estructuras caducas, rígidas, frías e impersonales, incluso las mías.
No soy una persona sencilla, no soy light, soy complicado como la más grande creación de Dios: el ser humano. Tan complejo y tan sencillo a la vez. Alguien que conozca porqué un chocolate me alegra la vida, un acorde, una voz.
Chévere que quieras conocer a alguien, pero es tiempo de darte la oportunidad de que alguien conozca tus porqué.