«A mi no me pasará»

Tengo una tendencia natural, dada mi condición humana egoísta y autosuficiente, a señalar a otros en lo profundo de mi ser, un área donde yo soy el master of the universe y mis pensamientos me rinden pleitesía. Lo siento por ser tan sincero, a mí mismo me duele ser así.

Recuerdo muchas situaciones de personas cercanas a mi en las que yo pensaba «chuta, pobrecito/a, que pena que eso le esté pasando». Esa era la frase externa y en mi interior también lo pensaba así, pensaba en lo doloroso que debe ser pasar por una situación complicada pero también agradecía que yo no soy así. Era una empatía a medias.

A medida que pasaban los años encontraba más medallas para colgarme en el pecho: títulos, reconocimientos, habilidades, destrezas, tantas cosas que valoramos de nosotros y que las utilizamos para considerarnos mejores que el resto.

Siempre pensé que esas cosas feas que otros vivían no me pasarían a mí. Hasta que me empezaron a suceder.

  • El gran Jimmy, master of the universe, de repente se quedó sin trabajo fijo por un año. Eso fue hace ya un par de años, pero para alguien como yo, que se supone que tenía tantas habilidades, era un golpe directo en el orgullo.
  • El gran Jimmy, genio inalcanzable, coeficiente intelectual sobre las nubes se quedó un par de años sin estudiar, y cuando se graduó no lo hizo con las notas que creía que su admirable intelecto alcanzarían.
  • El gran Jimmy, experto consejero sentimental de repente tenía el corazón en las manos, hecho pedazos. Vio tantas relaciones terminar pero pensaba que eso a mí no me pasará. Hasta que le pasó.
  • El gran Jimmy, crítico de las emociones y defensor de la lógica estuvo varios meses en casa, escondido, en un cuadro depresivo que desafiaba toda la razón, todos los argumentos. No quedaba más que acostarse y sufrir en silencio.
  • El gran Jimmy, orgulloso de sí mismo hasta las nubes, un día se miró y se dio cuenta que quien creía ser era apenas una imagen de su inseguridad, con escudos, máscaras y sonrisas dibujadas para aparentar.

El gran Jimmy que creí ser no era más que un joven que necesitaba aprender un par de cosas, que le faltaba mucho por vivir.

Todos creemos que a nosotros eso no nos pasará: un divorcio, una ruptura sentimental, una estafa, una pérdida, una crisis emocional, un cuadro depresivo, una enfermedad, una traición. Yo creí que a mí no me pasarían muchas cosas que sucedieron y que están sucediendo, y a propósito de eso recordé la historia de la Biblia del Fariseo y el Publicano.

Había unos que creían que siempre hacían el bien. Estaban tan seguros de sí mismos que menospreciaban a los demás. Jesús contó esta historia para ellos:

Dos hombres fueron al templo a orar. Uno era un fariseo y el otro era un cobrador de impuestos.

 El fariseo, puesto de pie, se puso a orar consigo mismo así:
“Dios, te doy gracias porque no soy como los demás. No soy como los ladrones, los injustos, los que cometen el pecado de adulterio, ni tampoco como este cobrador de impuestos.
 Ayuno dos veces a la semana y doy la décima parte de todo lo que adquiero”.»

En cambio, el cobrador de impuestos estaba de pie a cierta distancia. Cuando oró ni siquiera levantó la vista al cielo, sino que se golpeaba el pecho para mostrar que estaba arrepentido, y decía:
“¡Dios, ten compasión de mí porque soy un pecador!”

Les digo que este se fue a su casa aprobado por Dios pero el otro no, porque el que se cree mucho será humillado, pero el que se humilla recibirá honor».

Lucas 18:9 Versión PDT

[bctt tweet=»Todos creemos que a nosotros no nos pasará: un divorcio, un cuadro depresivo, la soledad.» username=»jimmysarango»]

El fariseo creyó ser mejor porque no le pasaron las cosas que al otro, porque no hacía las cosas que hacía el otro, porque vivía una vida diferente al otro, pero no era mejor por lo que era, al contrario, por pisotear a alguien más era peor que cualquiera.

He sido fariseo por muchos años, creyendo que mi vida está bien, que lo que hago está bien, que lo que considero que soy está bien, que a mí no me sucederá lo que a otros, que soy mejor que ellos, pero no, no soy mejor. Años creyendo que a mí no me pasará y sucedió. Llega el momento en el que debemos ser quienes realmente somos y no seguir con la falsedad construida por los elogios y las apariencias.

Probablemente a tí no te pasará, a mí me sucedió.

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